¿Qué hace un tío de Aranjuez jugando a hockey?
REDACCIÓN.-Que el hockey sobre patines no es el fútbol
es una obviedad. Pero igual de cierto es que las satisfacciones y alegrías que
te puede dar este deporte, a los que lo amamos desde pequeños, son muchas y, a
veces, inigualables. Me gustaría que conocieras la historia de un jugador,
haciendo un viaje desde que se pusiera los patines a los cinco años en su
colegio de Aranjuez hasta hoy, a sus casi 31 años, después de experiencias como
Alcobendas, Macarena, Mieres y seis años en la A1 italiana. El histórico exjugador del Voltregá Dani Viñas con el que coincidió en los
años de Alcobendas le preguntó en su día: "¿Qué hace un tío de Aranjuez jugando
a hockey?".
Jesús
Hernández Antequera. Hará 31 años el próximo 27 de abril. Empezó a patinar en
el colegio Apóstol Santiago de Aranjuez a la edad de cinco años. Allí siguió
aprendiendo hasta dar el salto al juvenil del CP Alcobendas, en la temporada
1995/96...
J.H.: Gracias a los
esfuerzos de mi familia voy hasta Alcobendas a entrenar todos los días. Haciendo
una hora de viaje de ida y otra de vuelta en coche. En 1996 siendo el primer
año de junior empiezo a entrenar por la mañana con el primer equipo (División
de Honor, primer año de Quim Paüls
como entrenador). Gracias a que mi padre me lleva en coche. Por la tarde, entrenamiento
con el equipo junior. Cogía el tren y dos horas de viaje de ida y otras dos ve
vuelta. Llegaba a casa a la una. Este año además lograríamos el ascenso de la
Liga Sur a Primera con el segundo equipo
del Alcobendas y el tercer puesto en el campeonato de España de Vilanova. Y a
final de temporada debuté con el primer equipo.
Tu
progresión fue notable en esos años. ¿Mérito de tu sacrificio o más bien la
suerte de encontrar un técnico como Paüls? Sabia que llegar al primer equipo
era difícil pero era mi sueño y pienso que si deseas algo de verdad con
trabajo, sacrificio y constancia se puede conseguir todo. Sacrificio no solo mío,
sobre todo de mis padres, que me apoyaron y ayudaron para seguir jugando a
hockey. Aunque a nivel deportivo lo más destacado de esos años fue haber tenido
un entrenador como Paüls, que nos hizo crecer mucho tanto técnicamente, tácticamente
y como deportistas. Y todos los grandes jugadores como Alejandro Domínguez,
Miquel Calero, David Páez, Juanra de
Moya, Dani Viñas, Nani Cáceres, Didí y otros más, de los cuales aprendí
mucho y me ayudaron a crecer como jugador.
En
los años siguientes consigues asentarse en el primer equipo después de ir
alternando su participación entre la primera plantilla y el segundo equipo. Con
poco más de veinte años empiezas tu aventura fuera de casa. La temporada
2001-02 con el Areces (Grado), en la 2002-03, en el Macarena de Sevilla, ambos en División de
Honor y en la 2003-04, en el Mieres, en Primera Nacional... Fueron años muy
importantes para seguir creciendo. Cogí mucha experiencia y continuidad de
juego. Aunque con Areces y Macarena no se consiguió la permanencia y se sufrió
mucho, guardo muy buenos recuerdos de esta etapa. Luego me fui a Mieres, donde
hicimos una buena temporada en Primera Nacional. Fueron años difíciles donde
aprendí a luchar y a sacrificarme aunque los resultados no acompañaran.
Durante
tu temporada en el Areces te reencuentras con alguno de tus excompañeros. Como es
el caso de Dani Viñas, que jugaba en el Voltregá... Me reencontré con
Dani Viñas cuando fui a jugar al Areces y él jugaba en el Voltregá. Me acordaré
siempre que me preguntaba: "¿Qué hace un tío de Aranjuez jugando a hockey?". Me
lo preguntaba siempre porqué en Madrid no hay muchos equipos y en Aranjuez solo
hubo un equipo de hockey durante seis años. Después por desgracia desapareció.
Como jugador madrileño,
¿Cómo ves la situación del hockey en Madrid? Creo que hay
varios clubes que están trabajando bien la formación de jugadores. El Alcobendas en estos momentos creo
que tiene un buen proyecto, jugando con buenos jugadores de Madrid. Espero que
les vaya bien y que logren el ascenso lo más pronto posible, sería bueno para
el hockey español
volver a tener un equipo de Madrid en la
OK Liga. Es un sitio donde clarísimamente
me gustaría volver, después de tantos años,
por fin, sería como volver a casa'
En
medio del verano de 2004 y con un futuro incierto, llega una inesperada llamada
procedente de Italia que cambiará la perspectiva de tu carrera deportiva. Fue
importante la actuación de tu colega Juan Ramón de Moya que no dudó ni un
momento en recomendar tu fichaje. Me surge ir a Italia a mitad de junio gracias
a Juan Ramón de Moya que da mi número de teléfono a Borja Ferrer, ya por esas
fechas jugador de Valdagno. Ferrer se lo pasó a los dirigentes del Hockey Valdagno
que me llaman para ir a probar un fin de semana. Firmo ese mismo fin de semana
por el club italiano. No me lo pensé porque era una buena oportunidad para
hacer una bonita experiencia.
Un
equipo desconocido donde coincidió con Rubén Montoro, procedente del Vigostick
y Ferrer, del Noia. ¿Cómo fue? Los tres primero años en Valdagno fueron
muy buenos ya que siempre tuvimos resultados mejores de los que el club
esperaba y además hicimos volver la ilusión por el hockey a la ciudad. En Valdagno,
la gente había dejado de ir a ver los partidos. Aquella primera temporada, en
el primer partido había unas 70 personas. En el segundo, veinte más y en el último
partido del primer año había 900 personas que no paraban de animar. Fue una
gran satisfacción. Haber devuelto a un sitio como Valdagno la pasión por el
hockey.
¿Y en
lo deportivo? Terminamos en el séptimo puesto luchando por jugar en
Europa, cuando a principio de temporada la gente pensaba que íbamos a
descender. Llegué a los 20 goles estando entre los defensas con más goles del
campeonato. Esperaba hacer un buen año pero realmente fue un año fantástico.
Renueva
el trío de españoles y el club ficha a jugadores como Mattia Cocco, Luca Ventra
y Pietro Pranovi para dar un salto de calidad... El segundo año fue
bueno respecto a la pasión por el hockey continuaba creciendo, y que en lo
personal hice un buen año. Pero los resultados del equipo no fueron tan
positivos porque se esperaba hacer mucho mejor que el año anterior. Pero no fue
así y terminamos el año en noveno puesto fuera de los playoff, y de Europa.
No
fue un buen año pero el club te renovó otra vez y confió en él para seguir en
el proyecto valdganese. Fui el único español de los tres en ser confirmado
(Montoro a Alcobendas, Ferrer a Novara). Llegaron Carlos Nicolía y Gonzalo Gómez
(argentinos procedentes del Roller Novara). El equipo terminó en el cuarto
puesto con 55 puntos y a dos
puntos del tercero y en copa CERS caímos eliminados en cuartos de final contra
el Vilanova. En los play-off eliminamos al Novara encontrando en semifinales al Follónica
campeón de Europa, de los Mariotti, Michielon, Bertolucci y compañía. Pese a
las bajas en portería de Ventra y del atacante Gonzalo Gómez, ganamos el primer
partido de la semifinal 5 a
4. Llegamos a la prórroga empatados a cuatro y marqué el gol de oro. Fue una
gran satisfacción, fue un momento fantástico que nunca olvidaré. La gente de
Valdagno se volvió loca.
Pero el Follonica es mucho equipo y en
los dos partidos siguientes los maremmanos
conseguirían el pase a la final. Después,
en los dos partidos siguientes en Follónica jugamos bien sobre todo el tercer y
decisivo partido, pero caímos eliminados. Las bajas que teníamos y la actuación
arbitral nos perjudicaron un poco y encima me rompieron un dedo. Ése es mi
último año en Valdagno, para incomprensión no solo mía sino también de todos
los seguidores y compañeros del equipo.
Sería
muy duro dejar Valdagno. Al principio eran cincuenta personas en el pequeño
pabellón del Lido para ver a un equipo recién ascendido a la A1. Y al final eran miles de tifosi animando a los biancoazzurri en batallas del calibre
del ‘ganalotodo' Follonica... Irme de Valdagno no es que fuera duro, no
me gustó de la forma que lo hicieron. Después de haber hecho crecer a este
equipo y club no me merecía que se comportaran mal conmigo. No me merecía salir
por la puerta de atrás y con malos modos.
Tu
carrera en Italia no se había acabado aun y aprovechaste la oportunidad de
cambiar el frío invierno del Veneto por el cálido clima de la Toscana... Fui a Castiglione
donde hicieron un buen equipo, hecho de gente joven con ganas de hacer un buen
año. Volví a coincidir con
Ferrer y buenos jugadores italianos como Festa y el portero
Fontana. Fue bueno desde el principio ya que nos quedamos fuera de la final de la Copa Italia por solo un
punto de diferencia con el Lodi (en Italia, la copa se juega mediante dos ligas
y los dos primeros van a la final). Cumplimos con los objetivos del club y en
lo personal fue un año muy bueno ya que fui el máximo goleador del equipo con
16 goles. Llegaron ofertas de los mejores clubes de Italia y elegí ir a Lodi. Un
gran club italiano con un público fantástico que te sigue por todas las pistas
italianas y en Europa.
Bromas
de la vida, Jesús se enfundaría en los años siguientes dos camisetas de equipos
que rivalizan al máximo con Valdagno desde siempre en Italia. Lodi y, un año
más tarde, Trissino... Teníamos muy buen equipo. Karam, Polverini, Crudeli entre
otros. Pero las cosas no fueron bien. Empezamos perdiendo la Supercopa italiana
contra el Follónica en el gol de oro. En la copa Cers caímos eliminados ante el Lloret y en el campeonato
el equipo no tuvo los resultados esperados. Fue un año duro.
Con
contrato para quedarse otro año más en Lodi, Jesús volvería al finalizar la
temporada a tierras venetas. Su destino fue Trissino, a tan solo diez
kilómetros de Valdagno. Fui a Lodi fichado por Crudeli y el entrenador nuevo
quería hacer otro proyecto. En Italia no pueden jugar más de tres extranjeros y
con Karam y los dos argentinos que fichó el nuevo entrenador tenía que irme. Decidí
ir a Trissino. Un equipo con jugadores sin experiencia en A1. El club faltó a
la promesa de fichar un portero de calidad y un buen atacante. Jugar en serie A1
con un portero de A2 no es que sea difícil sino que es imposible. Y así ha ido
el año. Un desastre. Un año verdaderamente durísimo.
Siempre
has seguido en contacto con la gente de Valdagno que te guardaba, y te guarda,
un sitio en el corazón. La afición de Lodi y Valdagno son rivales y cuando fui
a jugar allí la gente de Valdagno mostró un poco su enfado con los dirigentes
del Valdagno, por mi salida del club. La verdad es que es una cosa bonita el
sentirme querido incluso jugando con los mayores rivales. En la vuelta a
Valdagno tanto como jugador del Lodi o del Trissino, además de la gran ovación que
me llevé, fue un momento bonito cuando al final del partido todo el pabellón de
Valdagno coreaba mi nombre. Me sentí además de querido, que la gente reconocía
todo lo que les había dado. Fue un momento muy emocionante.
Ahora
a tus casi 31 años vuelve la incertidumbre sobre tu futuro. No se sabe aun que
camiseta endosará este defensa ribereño y no se sabe si será en Italia o en
España. En Italia estoy bien pero me gustaría volver a España. Yo personalmente
recomendaría a cualquier joven jugador español que viniera a esta liga a
hacerse una experiencia tanto de vida como deportiva.
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