Antes de venir a Italia tenía la ilusión de poder entrenar con el primer equipo del Prato y tal vez jugar en el segundo, una ilusión que se ha venido abajo bastante rápido. El primer día de mi llegada a Prato me comunicaron que en el primer equipo ya había tres porteros y que no había posibilidades de entrenar con ellos y que era mejor empezar en el equipo B.

Ante esta situación pregunté si, al menos, podría jugar en el segundo equipo y me encontré con un simple No. Al parecer, la Federacion Italiana no acepta jugadores extranjeros en la Serie B, lo que vendría a ser una tercera división después de la serie A1 y A2.

Tras una semana, el presidente del Siena -tambien Serie B- en busca de un portero preguntó por mi situación. Pidió permiso a la Federación con el argumento de que en el Grupo D, la de Veneto, juega también un equipo austriaco, el Villach. Después de dos semanas de espera, la respuesta volvió a ser negativa con lo que mi sueño de debutar en Italia se acabó definitivamente.

De esta forma, lo único que puedo hacer ahora es entrenar dos veces a la semana con el segundo equipo del Prato y tomármelo en serio porque será mi preparación para el Europeo y el Mundial B de Sudáfrica.

Sin embargo, me veo como una víctima de la Federacion Italiana que con su tozudez destruye poco a poco las ganas de jugar a hockey. Su razonamiento se basa en que de aceptar mi participación, otros clubes pedirían permiso para fichar a jugadores extranjeros y eso no lo pueden permitir porqué la Serie B es la base del hockey italiano. Por mi nivel de juego nadie debe temer. Juego peor que todos los porteros que he visto en Italia pero entiendo que no les guste que empiecen a venir jugadores portugueses y españoles porque eso seria realmente el fin del hockey en Italia. Sin embargo, ¿Qué podemos hacer los amantes del hockey de los países menos desarrollados si los grandes -España, Portugal e Italia- no nos ayudan un poco?

Con este panorama debo automotivarme para ir a entrenar todas las semanas

Klemens Shüssling

Guardameta internacional por Austria