XAVI GONZÁLEZ (BARCELONA).-El delantero Borja Ferrer es uno de esos trotumandos del hockey que abundan en nuestro país. No en vano ha pasado por equipos como Cubelles, Noia, Valdagno, Roller Novara, Alcobendas, Castiglione y ahora en el Vendrell con el que pelea por ascender a la OK Liga y con quien ha ganado su primer título: la Copa del Príncipe. Piensa en el presente pero reconoce que le gustaría jugar en la OK Liga aunque... como él mismo dice siempre le quedará el hockey brasileño.

-¿Cómo ha sido tu adaptación al hockey español tras tantos años en Italia? En Italia se juega muy estático y lento y en Vendrell todo el mundo tiene que moverse continuamente. Yo necesitaba este cambio pues en Italia el delantero juega bastante solo. Me costó un poco la adaptación pero la forma de juego de Vendrell ya la tenía aprendida de cuando jugué en el Noia. Además, a casi todos mis actuales compañeros los conozco de haber coincidido con ellos en Cubelles o en Sant Sadurní.

-¿Por qué recalaste en el hockey transalpino y por qué has regresado? Decidí irme para Italia porque llevaba dos años en el primer equipo del Noia donde me costó encontrar minutos. Necesitaba cambiar las cosas. Estirando después de un partido, Jordi del Amor me comentó que su excompañero en Tenerife, Luca Chiarello, buscaba jóvenes jugadores españoles para un equipo de A2, el Trissino. Nos pusimos rápidamente en contacto y quedamos en que una vez que acabaran los play-off con el Noia y los exámenes de la universidad iría hasta Trissino para firmar. Una vez eliminados por el Liceo, llamé a Chiarello para decirle que ya podía ir hacia Trissino. La sorpresa fue mayúscula cuando me dijo que ya había firmado a otros dos jugadores españoles: Rodero y Ariza. Me quedé a cuadros. Fue entonces cuando el propio Chiarello me habló de un equipo vecino de la A1 que también buscaba jugadores, el Valdagno. Fui un fin de semana y firmé. Fue sin duda uno de mis mayores aciertos.

-¿Por qué? Me encataba la idea de jugar contra jugadores que solo había visto por televisión como es el caso de los hermanos Mariotti, los Bertolucci, los Michielon, Roberto Crudeli, Franco Amato, Cunegatti, Rigo, Sergio Silva o Gaidao. Las dos temporadas que jugué en Valdagno fueron increíbles. La gente volvió a llenar el pabellón y en lo personal, el primer año, marqué 20 goles y otros cinco, en dos partidos de play-off. Junto con Montoro y Hernández y un equipo muy joven hicimos grandes cosas. El segundo año las cosas no fueron tan bien. El equipo se reforzó con jugadores italianos de experiencia pero no mejoramos los resultados y tuve que buscarme una salida ante la llegada de dos buenos atacantes como Nicolía y Gómez.

-Y de ahí al Roller Novara...Así fue. En el Roller fue una auténtica aventura de supervivencia. Me pagaban poco y con retraso. El equipo era muy justillo. Todo jugadores júniors y solo el argentino Amato y yo como jugadores de referencia. Nuestro portero tuvo un accidente laboral. Le atravesó una descarga eléctrica en el trabajo y no pudimos contar con él. Llegó Provera, un portero de cuarenta años. Bueno pero no podía venir a entrenar y jugaba siempre infiltrado porque casi no tenía rodilla. Fue una temporada muy dura. Yo entrenaba por las mañanas con el otro equipo de Novara, que lo dirigía Crudeli o me iba al gimnasio con Amato para no pensar en lo que era aquello. Tardaron un mes y medio en darnos una casa. Pedimos un medio de transporte y nos dieron una bicicleta... En lo deportivo estuvimos siempre fuera del descenso directo, por encima del Modena y del Molfetta. Al final, en un partido que nos podía dar la permanencia directa contra el Roller Bassano, los dirigentes se olvidaron de infiltrar a Provera y perdimos por 3 a 6. Después de aquel partido estallé y decidí marcharme a mitad de febrero porque ya no estaba mal deportivamente sino que estaba mal personalmente.

Desde Italia hubo problemas con el transfer y estube a punto de quedarme sin jugar. Gracias a la mediación de gente como Edu Castro y Quim Paüls todo se solucionó. Todo pintaba bien pero con el equipo nos dormimos deportivamente y acabamos descendiendo en la última jornada en casa del Liceo "B". Es un hecho que no consigo borrar de mi memoria.El descenso con el Alcobendas me duele porque me siento en gran medida responsable.

Tras la media temporada en Alcobendas, regrese a Italia, al recién ascendido Castiglione. Volví a coincidir con Jesús Hernández. Nos quedamos a un paso de la final de la Copa Italia eliminando a equipos como el Viareggio o el Giovinazzo y ganando en casa del Follonica. Conseguimos la permanencia en la liga pero visto lo que fuimos capaces de hacer en la copa Italia podíamos haber hecho mucho más... Después de cuatro años en Italia tenía ganas de volver para casa, acabar con mis estudios y volver a jugar aquí era mi mayor motivación.

-Tras competir en una de las mejores ligas del mundo, ¿Cómo recalas en el Vendrell? Pués fue gracias a que mis compañeros recomendaran mi incorporación. El año pasado fui el máximo goleador del equipo pero lo más importante es que me vuelvo a divertir jugando y encima con mis amigos. En este equipo todo el mundo es importante tanto en defensa como en ataque y eso es a lo que a mi me han enseñado a jugar desde que estaba en Cubelles y sobre todo, cuando estaba en el júnior del Noia, que entrenaba Ferrán López. Y encima ganamos la Copa del Príncipe. Para mi que nunca había ganado nada, a parte de algún torneo de verano o pretemporada, fue una gran satisfacción. Como si tantos años de entrenamiento y dedicación a este deporte recobraran sentido en un único momento. Fue increible.

-¿Cómo valoras la temporada del equipo? El equipo este año ha dado un salto cualitativo muy grande. Los fichajes de Santi Julivert, Oriol Pena y Jordi Esteva han sido más que acertados. Seguimos jugando duro pero ya no cometemos tantas faltas y tarjetas como el año pasado. Es importante que ahora el equipo consigue ir a jugar fuera de casa con la misma mentalidad que si jugaramos en Vendrell. Hemos tenido muchas lesiones y, en cambio, seguimos luchando ahí arriba en puestos de ascenso. El equipo está mostrando un gran carácter y espero que al final, si seguimos así, tengamos nuestra recompensa.

-¿Y en lo personal? Estoy contento. Siempre sé que puedo hacer más pero hasta el momento llevo más goles que el año pasado a estas alturas y mi contribución al equipo es buena. Me encuentro muy bien en el Vendrell pues lo tengo cerca de casa y juego con amigos míos. Me gusta formar parte de este club que con humildad quiere ir creciendo año tras año y que te da todo lo que te promete sin un día de retraso.

-A un paso del ascenso, ¿Es la OK Liga el objetivo del equipo? El objetivo a principios de año era el de quedar entre los cinco primeros. Estar ahí arriba. Pero sería de cobardes no afrontar el final de temporada con un objetivo final que está ahí y que depende de nosotros. El ascenso sería lo más grande pero intentamos ir partido a partido. Nos queda un final de temporada complicado y los rivales tambien se juegan mucho. Vamos a luchar cada partido como si fuera una final y nos lo vamos a dejar todo para intentar luchar por el posible ascenso aunque equipos como Voltregá, Sant Feliu y San Antonio nos lo van a poner muy complicado.

-¿Y el año que viene donde te veremos jugar? La verdad es que aun no lo sé ni yo. Estoy bien en el Vendrell y aquí espero seguir aunque uno siempre pretende mejorar y aprender. Ahora mismo no es que me preocupe por mi futuro pues el presente que tenemos es muy importante y bonito. Para mi lo ideal sería quedarme aquí en Vendrell pero jugando en la OK Liga y si no puede ser, irme a jugar a Brasil estaría más que bien (risas).

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